Hay gente indecisa que se aglutina en los lounges, entradas de cines, taquillas,
cruceros peatonales o vehiculares; su mayor reto la toma de decisión cual si de
ello dependiese su vida. De esta estirpe las filas son su especialidad, tiktokeros
por naturaleza, el medioevo oscurantista su época idónea.
Juzgones natos, ciencia, dicho término prácticamente inexistente
para ellos, preferirían mil veces ser reconocidos por mostrar su cuerpo, o
exhibidos haciendo alguna estupidez, antes que teniendo algún logro académico.
Idolatran algunos las tendencias, expertos
en redes sociales, influencers les llaman, yo les llamo los “come vergas”. Creen
que las noticias deben ser de nota roja. Dótalos con un poco de poder y se
sentirán genios, sus trabajos ideales; policías, políticos, actores, meritorios
(en cualquier rubro).
Hollywood, piensan para sí mismos sería su “país ideal” (sí su país, creen
que es un país) sin importar que algún director de cuarta les ponga a juntar el
jabón roma con los codos del suelo a media noche en la habitación de algún
hotel, con el pretexto de que sea meramente laboral.
Trabajos no compatibles con ellos; mandarles al Oxxo a comprar “algo”, o
dejarles por sí solos elegir, elegir lo que sea, si lo hacen ante la múltiple
cantidad de estímulos lo harán mal. No aportan, estorban, roban aire, no saben
qué quieren ni qué querer ergo tampoco decidir.
Libro, moral, ética, para ellos conceptos tan desconocidos, son doctos en
términos como “fama”, “dinero”, “estupidez”, ésta última el único atributo que
poseen.
No hay un distingo de edad para éste fenómeno, los ha habido todo el
tiempo, pero hoy abundan más. He aquí algunas celebridades come vergas; Peña
Nieto, Kalusha fallando solo frente a la portería, los discípulos de Jesucristo,
la gente del Medioevo, Harry Maguire, tú que lees esto cada vez que lo
intentas.
Estaría de más decir quienes hoy en día lo son, pero seguramente te
sentirás identificado-a.
Por si hay dudas, si haces eso, eres uno de ellos...